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¡Bienvenidos A Consejos Para Mi Familia!
Muchos expertos dicen que la solución para hijos desobedientes, enojados, y resentidos es la disciplina.
Dicen que el problema es la falta de disciplina.
Nos dan ejemplos como la cultura Japonesa donde los niños se sientan en silencio y no interrumpen, respetan a sus padres, y siguen las reglas impuestas por los padres, la escuela, y la sociedad en general.
Asi que de inmediato, pensamos…
“Eso es la solución. Mas disciplina!”
Y empezamos a castigar a nuestros hijos cuando hablan muy fuerte en la iglesia, o cuando piden que les compres algo en la tienda, o cuando no lavaron los trastes después que ya les reclamaste varias veces.
Les gritamos…
“Te voy a pegar con el cinturón para que aprendas…” (o alguna frase similar)…
Les hacemos pasar vergüenza en frente de sus amistades al jalarle el oído.
Y les impedimos salir con sus amistades cuando ellos no hayan terminado su tarea o hecho algún aseo en la casa.
Todo lo explicamos con el pensamiento…
“Es mejor que se enojen algunos momentos ahora a que desarrollen una falta de disciplina el resto de sus vidas. Es por su propio bien.”
O decimos…
“Ellos van a entender cuando sean grandes con sus propios hijos. Ahi si nos agradecerán por este momento de vergüenza o castigo. Luego van entender que lo hicimos por su propio bien.”
¿Lo has dicho o pensado alguna vez?
Disciplinas a tus hijos y… ¿que sucede?
Por un momento temporario te obedecen pero pronto vuelven a desobedecer, se enojan contigo, y comienzan a resentirse por lo que le haz hecho o por la vergüenza que le haz hecho pasar.
Quizás no recordaran lo que dijiste, pero nunca se olvidarán de cómo les hiciste sentir.
Quizás has notado que comienzan a discutir mas contigo, te responden con una actitud fea, y ya no te tratan con el mismo respeto de antes.
O peor…
Luego les da igual, se vuelven más distantes, te ignoran, evitan que los abraces, o te responden con pocas palabras evitando cualquier interacción contigo lo mas que puedan.
¿Lo has experimentado?
Esta es la experiencia de muchos padres al querer forzar la disciplina en los hijos. La disciplina es buena, pero como lo hizo el Rey Salomón, hay que usar la sabiduría y el entendimiento para aprender cómo moldear las acciones de nuestros hijos y al mismo tiempo evitar estos efectos secundarios.